Veo gente por todas partes, miradas perdidas,
sonrisas dignas de admirar,
Caras apagadas, mucho movimiento y muchos
caminos que escoger.
Y yo perdida y sola en medio de la multitud de
gente que al fin y al cabo
Buscan lo mismo que yo; llegar a su destino.
Y me siento a esperar el tren,
Once minutos que se me hacen eternos…
Juraría que en ninguno de ellos he dejado de
pensar en ti.
Me pierdo en los recuerdos donde viajaba entre
tus brazos…
Y de pronto, despierto y me subo al tren con
la esperanza de dejar tu recuerdo en el andén,
Pero él se sube conmigo, ignorando mis gritos
de querer dejarlo atrás.
Y aquí estoy otra vez,
Con la soledad derramada en una noche desierta
y con este vacío que grita tu nombre,
O mejor dicho, llama a la persona que un dia
creí que eras.
Y lo que más me duele, quizás sea que nunca
fuiste real…
¿Entonces como llenar este vacío?
¿A quien acudir?
¿Cómo dejar de extrañar a un sueño del que ya
desperté?
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