El amor no juzga,
no miente, no traiciona.
Es él mismo,
simplemente él al completo y siempre entrega lo mejor de su ser.
Es honesto,
inteligente, aprende y sigue adelante. También es loco en toda su magnitud e incomprensible
para los que nunca les ha tocado aún.
El amor es
imprevisible, contundente, grande y admirable. Sencillamente, te cambia la vida.
El amor no
entiende de superficialidad, no pertenece al mundo banal. Él va más allá,
siempre vive en el terreno espiritual.
El amor puro, es entrega
incondicional, es felicidad, es fuerte, valiente y siempre sacará cualidades de
ti que ni sabias que tenias.
Es algo mágico …
es energía, luz, paz, inmensidad. Es sublime, descontrolado y apasionado.
Es una montaña
rusa de emociones, una dulce droga sana.
Una semilla que hace crecer tu interior, tu esencia.
No permite
describirse con total certeza, ya que se sale de las palabras. Va más allá del
lenguaje verbal.
El amor es belleza interior, es arte.
Es esa fuerza que hace nacer tus sueños, que no te rindas, que no mires atrás.
Es esa fuerza que hace nacer tus sueños, que no te rindas, que no mires atrás.
El amor de
verdad, es lo que llena el vacío que sentía tu alma
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