Tardaste
exactamente 19 años, 12 días y un solo segundo en llegar.
Un sólo segundo,
fue el que sirvió para darme cuenta de que eras tú, que por fin habías llegado
a mis labios, a mis sueños, a mi corazón, a mi cuerpo, a mi alma, a mi vida.
19 años que no
fueron fáciles sin ti, tropecé muchas veces, bien lo sabes, pero nunca me rendí
porque sabía que debía seguir caminando para encontrarte.
Nunca dejé de
creer en ti, aunque pensé que tardarías más tiempo en llegar,
pero tu voz me
sorprendió inesperadamente, cuando mis sentidos más te necesitaban.
Nunca dejé que mi
luz se apagara… pero confieso que realmente fuiste tu quien no dejó que se
apagara. Tu voz dentro de mí fue lo que me reanimaba el corazón cada vez que se
rompía.
Y las lágrimas
que derramé durante el camino eran sólo el mar que me ha llevado hasta ti
Y las sonrisas, eran la luz para que pudieras
reconocerme
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