domingo, 12 de junio de 2011

Sucedió.

Sucedió.
Cuando escuché tu voz infiltrarse por las puertas de mi alma
y abrir cada una con la más bella delicadeza.
Sucedió, cuando la nube negra se desvaneció de mi mirada
al sentir mi soledad comprendida. Y esta se fue . . .
dulce momento.
eterno recuerdo.
Historia infinita.
Y sucedió, cuando cerré los ojos y observé todo tu interior.
Cuando tus manos brillaron sobre mi piel.
Y cuanto tu presencia, hizo respirar mi corazón de forma libre.


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